Andalucía ha iniciado ya la recta final del proyecto de accesibilidad para el diagnóstico precoz y específico del Alzheimer a través de biomarcadores en líquido cefalorraquídeo. Así lo ha anunciado la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, en el II Congreso Andaluz de Alzheimer organizado por la Confederación Andaluza de Alzheimer y Otras Demencias (ConFEAFA) y la Sociedad Andaluza de Neurología. En la inauguración del encuentro, García ha estado acompañada de la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, y el alcalde de Córdoba, José María Bellido, entre otras autoridades.
Este proyecto con biomarcadores se enmarca en una de las líneas primordiales del Plan Integral Andaluz de Alzheimer, la detección precoz de la enfermedad, además de atender a las recomendaciones del próximo Proceso Asistencial Integrado Deterioro Cognitivo, apoyando al clínico en aquellos casos de mayor incertidumbre diagnóstica, cuando la enfermedad aparece en edades tempranas (por debajo de los 65 años) o bajo formas de inicio atípico.
Para la puesta en marcha del proyecto, se ha elaborado una vía clínica con la participación directa de profesionales implicados en el diagnóstico clínico y analítico de varios hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) representativos de distintos niveles hospitalarios y áreas, constituyendo un grupo motor para la elaboración de este procedimiento extraordinario entre el Plan Integral Andaluz de Alzheimer y el Plan Andaluz de Laboratorios, junto con la Fundación Progreso y Salud.
En palabras de Catalina García, “el diagnóstico en las fases más incipientes puede aportar a la persona la posibilidad de tomar decisiones cuando todavía es capaz de hacerlo, al tiempo que favorece la planificación y previsión de cuidados y sus costes, facilitando la organización de la familia y el núcleo cuidador y posibilitando acciones de prevención secundaria y terciaria”.
En su intervención, García ha hecho hincapié en que es “labor de la Administración proteger y cuidar de todos, especialmente desde la Consejería de Salud, proteger a los 120.000 andaluces con Alzheimer y ayudar a sus familias, ofreciendo una atención integral, desde que la enfermedad muestre sus primeros síntomas; pero también apoyando la investigación, para lograr el mejor abordaje en la práctica clínica diaria hasta que dispongamos de un tratamiento preventivo o curativo de esta enfermedad”.
Acreditación de asociaciones
Por su parte, la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, ha remarcado que “ya se están dando pasos” dentro del compromiso adquirido por esta Consejería para posibilitar que las Asociaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias de Andalucía puedan acreditarse como centros terapéuticos o centros de baja intensidad, tomando como referencia la comunidad de Galicia.
Así, de cara a seguir el modelo innovador de prevención puesto en marcha en Galicia, responsables de la Confederación Andaluza de Alzheimer y otras Demencias (ConFEAFA), y el director general de Personas Mayores de la Consejería, Francisco Javier Serrano, viajaron el pasado 10 y 11 de octubre para conocer de primera mano la experiencia gallega.
“Estamos ante un colectivo que necesita de unos cuidados y tratamiento específicos para prevenir y retrasar situaciones más graves de dependencia”, ha remarcado López. “Este Gobierno quiere estar cerca de los pacientes de Alzheimer y sus familias”, ha enfatizado la consejera de Inclusión Social durante su intervención.
Otras líneas de trabajo
Con este objetivo, además de este estudio por biomarcadores, la consejera ha recordado que Andalucía cuenta con la nueva Línea Alzheimer de Salud Responde, así como la campaña divulgativa sobre prevención y síntomas de alarma, dentro de las primeras líneas de trabajo del nuevo Plan Integral Andaluz de Alzheimer y otras Demencias que verá la luz en este mismo año y en el que se sigue trabajando bajo los ejes principales de la concienciación comunitaria, prevención, potenciación del diagnóstico temprano, formación y asesoramiento tras el diagnóstico, atención social y sanitaria coordinada en torno a cada persona, apoyo a las personas cuidadoras familiares, fomento de la investigación biomédica, social y sanitaria, y mejora en los registros y sistemas de información.